En mi andadura dentro de la asesoría a empresas me sorprendo en muchas ocasiones asesorando PYMES cuyos anteriores asesores no han presentado ante el Registro Mercantil ni los Libros ni las Cuentas Anuales. ¡Jamás!
Por un lado, la verdad es que me resulta increíble que un asesor fiscal o contable no conozca la obligatoriedad de la presentación de dichos documentos, haciendo que las empresas incurran en ilícitos administrativos que pueden llegar a ser graves y acarrear sanciones importantes para la empresa.
Por otro lado, no quiero pensar que conociendo las obligaciones de la empresa ante el Registro Mercantil, un asesor las «omita» voluntariamente, bien porque es mas cómodo no hacerlo, bien porque la empresa no les facilita todos los datos.
No se cual de los dos casos me produce mayor rechazo, pero creo que para poder dignificar la profesión, deberíamos dejar de lado creer que nuestra función es la de ser meros presentadores de impuestos, debemos implicarnos para que nuestras empresas y autónomos no sólo estén al corriente de sus obligaciones, sino que además nuestro trabajo sea un valor añadido a sumar en su actividad.